miércoles, 28 de febrero de 2007

Estuatas

¡Eh a la mierda con los niños!





Eh se cae el tipo lo tiraste ehh bueh

Miren Strange statues around the world

La inconveniencia de los teléfonos derretidos










...o peor, de los teléfonos derritiéndose mientras uno trata de llamar larga distancia a su propio yo de pasado mañana, cuando sería harto más fácil tener ese tipo de contacto con la persona de uno a medio afeitar detrás de un espejo sucio, que, ¡gracias a Dios!, todavía no dio indicios de comenzar a derretirse (oremos).

lunes, 26 de febrero de 2007

Con el ánimo de decir simplemente "Hola"

Bueno ahí tiré dos textos nacidos especialmente para este blog Ya despierta. Para cerrar este día tan activo en lo que respecta a blogs y demás, va esta entrada bloggera.

Como dice arriba de todo soy Mariot y blah blah je.

No hay mucho para decir, simplemente irán apareciendo textos, escritos varios, cosas que se me ocurran, algo de mi música en una de esas. Siempre desconfío de mis ganas para hacer este tipo de actividad. Pero creo que es una cuestión de no pensar demasiado en lo que se va incluyendo en el blog: eso me acerca mucho a la comunidad bloggera (cuak!).

Además siempre me dio un poco de cosa esa cosa de los blogs que se asemejan a ponerse a hacer algo en la vía pública y esperar la atención y el reconocimiento de los transeúntes, que parecen estar más dispuestos a patearte en la cara que a darte tres de pelota.

Porque, vamos, no está mal que una totalidad de personas evite leer lo que otra totalidad de personas escribe sin pausa en estos blogs. No es que todos sean malas personas (aunque muchos sí, y muchos tienen muy mala onda). En los blogs se pueden encontrar cosas aburridas, aunque también hay que reconocer que hay mucha gente interesante por ahí.Otro factor a tener en cuenta: imposible prestarle atención a mucha gente por mucho tiempo. Pero es un poco como todo. Si dejo mensajes interesantes, la gente volverá, porque podrá entretenerse. Sino, será un blog más al que hayan ignorado.

Así que bueh, decidí que por ahora es mejor dejar cosas acá que no dejarlas.

Los espero por aquí, un GRANSA.

Lo tengo en la punta de la médula

Lo tengo en la punta de la médula
lo he recuperado,
después de tantos ratos lentos:
es ese niño llanto
que por fin se descascara otoño
y se unta al fin con su propio espanto

Lo tengo en la punta de la médula
no he de olvidarlo
para no repetir algunas partes
como esa de haber estado todo paralítico
en mansión de madera balsa
donde habitaba un recuerdo
de ecos sin madre o padre
donde la redención se encuentra
en no esperar nada bueno de los años

¿Es un coso? ¿Es un algo?
¿Es una sustancia
o el hedor de un múltiple fracaso?
¿Son preconceptos, herejías solemnes
o simples llagas monásticas?

Lo tengo en la punta de la médula
y me pica
y no llego
con mis garras
a rascarlo
arrancarlo, morderlo, purgarlo
¡me irrita! quisiera no tenerlo tan encerrado

pero esta es la hora
porque ya lo tengo cercado
porque ya lo estoy extrapolando
estoy aplicando mecanismo psicofantásticos geniales como para mitigarlo
empleo montones de métodos infalibles que me enseñaron sin saberlo los sabios
pero estos son meros placebos porque la verdad es que ya no me rasco
y sobre todo no necesito ser lamido por las lenguas del asco
no necesito esa baba que aquieta el dolor de la herida de los santos
ni la lágrima vagina que hierve entretanto
pero tal vez sí necesite el llanto
un sollozo compartido con sólo mi carne, cosmo
que limpie aquí y allá lo tóxico del tiempo
que evangelice mi mirada plasma

mz

Lunarteniente

Los días no tienen índice ni orden, pese a que uno aparenta suceder al otro en una eterna danza de ciegos. No obedecen a los ilusos calendarios.

Las horas son inasibles, como una melodía que escuchamos una y otra vez y no podemos llegar a recordar nunca. Pero existe en nuestra cabeza, en ciertos momentos la tarareamos inconscientemente.

Algunos logran registrar y sacar fuera una pequeña porción de esa gran melodía que escuchamos un segundo antes y un segundo después de nacer: es todo el sonido que podrá ser interpretado alguna vez. Por la noche extraen de ese lago un jarro de barro lleno de líquido cristalino, que parpadea de luz de luna en una cálida oscuridad. Salen de ese escenario de fantasía en puntas de pie, sonrientes, en trance, mientras su silueta se recorta en el horizonte negro aún más negro. Mientras danzan con el agua cantante en su jarro, las mejillas son otra vez felices sin razón, con una sonrisa que no responde a otra cosa que a sí misma. El viento trae aromas y vibraciones sonoras que contagian la risa, una epidemia de calor que tiñe de color los sudarios. Todo es así hasta que regresan a su lugar de encierro amortajado con su nuevo tesoro. Lo dejan en la mesa, mientras el efecto se va perdiendo. Y olvidan, olvidan otra vez que han sido niños y algo en el aire de la ciudad los amarga y les pudre los dientes y la sonrisa. Pero no han perdido el líquido que todavía conserva algunos rebotes de la luz lunar, y eso le ilumina los ojos a cualquiera.

Por la mañana me sentía como un saquito de té, que se va diluyendo alegremente en el día. Iba predicando para mí mismo, para todos mis propios yo.

Intentaba detener un poco el tiempo. Si se pudieran construir represas infinitas, o contener con las manos desnudas las olas del mar... pero para qué detenerlo, si hace tan poco que echó a andar. Tal vez sólo hace unos breves minutos que estoy aquí, resoplando con mi cuerpo de androide de carne.

¿Qué importa y para qué? ¿Quiénes y cuándo?

Qué importa, si ya me crujen los huesos bañado de luna con la mente en blanco.

mz