besas mucho la arena al aire
con tambor de labio seco
que retumba en esta frontera
de sonrisa de higo y desierto
un alma que seca se recruje
con tu perfume de cama de abuela
hombre rancio usa su tacto de lluvia
su visión de almohada
ríes como ríe una jota
dentro de tu frío
ahora eres otra vez todo un niño
con ganitas de llorar ríos
retoño en el descampado
junto al rebaño de sombras
miedos con cabeza de velador
no hay ñañas ni caluchas
ni ripipíos o sinsabores agrios
como los que tenía en mi valle
un manantial que nace en la voz
ralento ergoño y lejano rato
circundando mi horror con pasos
enfundandos en botas de diluvial
y blazones de luna mojados
gruje el pequeño sorrostro
camina solo como tardío
por un caminito relunado
con los ojitos de calchaquí
la mochila plana de abeto
las eredes manchadas de pamplo
tan renata camina tan lenta
niña esquiva el paso del tiempo
nodilla hila la tropilla oveja
teje el nodo del mar distante
tan tibia hija de mi sonrisa
el cajón repleto y desordenado
donde el brazo entero se pierde
y busca el pasado mañana
y un sueño de madera balsa
mz
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